[5] La historia de Aretusa comienza en Arcadia, donde se encontró un arroyo claro y comenzó a bañarse en las aguas del Alfeo, que discurre desde Arcadia a través de Élide hasta el mar.El dios del río, Alfeo, se enamoró perdidamente de ella, pero Aretusa, que se había prometido permanecer siempre virgen, pidió auxilio a su compañera Ártemis, que la transformó en una corriente de agua (o la cubrió con una nube) para que huyera así de las solicitudes del dios.Cuando se vio totalmente acorralada, Aretusa dirigió su curso bajo el mar y apareció en la isla de Ortigia, generando el manantial que lleva su nombre, cerca de Siracusa.Queriendo aun así materializar su amor, el río Alfeo mezcló desde entonces sus aguas con las de la fuente Aretusa.[8] La ninfa fue divinizada por los habitantes del lugar, que le dedicaron numerosa poesía bucólica y la representaron en las monedas rodeada de delfines.
La náyade Aretusa representada en el medallón de una copa de plata.