Arditi

Su nombre se deriva del verbo italiano ardire (osar), traduciéndose como "Osados".

La tarea de las unidades Arditi no era abrir el paso para que la infantería regular atacara las líneas enemigas, sino sobrepasarlas por completo.

Una vez preparados, eran enviados al frente armados con una daga y granadas de mano.

Los Arditi se aproximaban a las trincheras enemigas bajo el fuego de la artillería italiana.

Una vez que éste cesaba, saltaban dentro de la trinchera mientras el enemigo estaba a cubierto, empleando las dagas para eliminar toda resistencia.

Los Arditi debían mantener las posiciones que habían conquistado durante 24 horas, siendo relevados después por la infantería regular.

El Ejército alemán fue el primero en adoptar la idea del soldado de asalto con los Sturmtruppen, con los italianos siguiendo su ejemplo.

[7]​ Como el uniforme austríaco tenía un cuello rígido, los "Caimani" preferían emplear una resolza, la típica navaja sarda de la ciudad de Pattada, ya que su hoja podía penetrar fácilmente el cuello del uniforme enemigo (otras unidades Arditi empleaban una sencilla daga).

Hoy en día, la insignia de los comandos del COMSUBIN tiene un caimán que lleva una daga entre sus dientes.

Los Arditi solían reclutarse entre los Bersaglieri o los Alpini (dos unidades especiales italianas, cuyos soldados eran conocidos por su resistencia y fuerza física).

Los Arditi del Popolo antifascistas tenían su propia insignia (un cráneo con ojos rojos y una daga entre los dientes).

Las granadas se empleaban para crear pánico y confusión, así como por su efecto explosivo.

La granada Thevenot la utilizaban frecuentemente los Arditi por ser adecuada para los asaltos, no siendo demasiado potente, pero muy ruidosa como para provocar miedo en los enemigos.

Carli escribió el ensayo "Los Arditi no son gendarmes" en colaboración con Filippo Tommaso Marinetti.

[10]​ Un gran número de Arditi se unieron al movimiento fascista, pero su apoyo no fue unánime, como lo demostraron los Arditi del Popolo, una escisión de la ANAI que se decantó por el maximalismo socialista.

Los Arditi participaron activamente en el golpe que dio Gabriele D'Annunzio en la ciudad de Fiume (hoy Rijeka, en Croacia).

Con el sindicalista Alceste De Ambris, D'Annunzio promulgó una constitución, la Carta del Carnaro, que contenía elementos fuertemente progresistas o incluso radicales.

En los meses siguientes, muchos líderes de los Arditi del Popolo fueron encarcelados o asesinados por los escuadristas fascistas, a veces coludidos con las agencias policiales.

Miembros de los Arditi armados con dagas, 1918.