Archieparquía de Alepo de los maronitas

La presencia maronita se redujo así a unas pocas personas.

Solo en el siglo XVII, gracias a la inmigración, la comunidad maronita de Alepo creció y se le otorgó un obispado, aunque tanto los nombres como la cronología de los primeros prelados son inciertos.

En 1675 se cuentan unos 1500 maronitas, mientras que diez años después su número ronda los 4000.

Durante el episcopado de Paul Aroutin, la Iglesia maronita obtuvo el reconocimiento civil de las autoridades del Imperio otomano (1831), lo que permitió al obispo restaurar la antigua catedral de San Elías, ya atestiguada en el siglo XVII.

No está claro cuándo la eparquía de Alepo fue elevada a archieparquía, por lo que es posible que haya sido una autorecuperación paulatina del uso antiguo del rango por el obispo maronita de Alepo.

Actualmente unos 250 maronitas viven en Mersin[5]​ y otro grupo menor en Tarso, asistidos por sacerdotes latinos.