El sector agrícola siempre ha sido la base de la economía del municipio.
Los cultivos que predominaban en esa época eran, en orden de importancia, maíz, fríjol, cebada, arveja, haba, trigo y papa.
Si bien es cierto que en su territorio el fenómeno no se manifestó tan agudamente como en otras regiones del país, debido a la tradición conservadora del municipio sí se presentó la persecución de liberales, quienes se vieron en la necesidad de abandonar sus tierras; la circunstancia fue aprovechada por algunos para tomar posesión de estos predios.
Cuenta con cinco lagunas: Negra, El Chuscal, Carrizal, Iguaque, La Colorada Letra: María Angélica Adarme M. Música: José Jacinto Monroy F.
CoroCantarle a Arcabuco, es darle a la vida,Un canto al paisaje de fresco verdorA la paz que reina, al calor humanoDe gentes que luchan con fe y con amor.Cantemos, cantemos a la tierra amada,al monte intrincado, que abraza mi ser;al oro en un verde de aguas cristalinasa la tierra bella que me vio nacer.Tiene su bandera el verde esperanzaY el blanco más puro de la creación;Se eleva a los cielos como sus montañas,Palpita en las almas y en el corazón.Arcabuco, es vida que brota del sueloEn montes y valles se escucha cantar,El Pómeca danza entre torbellinos,De helechos y robles, que encuentra al pasar.Cerros Guadalupe y el de Monserrate,Cuidan con desvelo nuestra población,Que en otrora fundara Rodríguez y Umaña,En el valle inmenso de la inspiración.Espíritu noble de nuestros ancestros,Que nos ha legado su vivo folclorQue unido a los sabios del aula fecunda,Imprime a sus hijos carácter y honor.Virgen del Amparo patrona del puebloMadre que sus hijos no olvida jamás;Cubre con su manto mi patria chicaPara que en su suelo, perdure la paz.
Las principales actividades del municipio son la agrícola y la ganadería; gracias a la importante producción láctea, sus habitantes también han desarrollado la industria y el comercio de productos como la almojábana.
El Ángel Protector de Los Bosques, obra del escultor moniquireño Julio Abril Mayorga, inaugurado en 1967.
La escultura en piedra tallada representa a un Ángel de rasgos indígenas, en alerta y armado, que protege los Bosques de Roble, con un hacha confiscada a los "Traga Palos", que no respetaban las especies nativas.