La ciudad de Aosta está rodeada por un paisaje montañoso, destacando la cima del Grand Combin.
A fin de proteger la fértil llanura del Po, se construyeron diversas ciudades fortificadas.
La población indígena, los salassos, que ofrecía resistencia, fue reducida por el ejército romano en el 25 a. C. Seguidamente se fundó una ciudad fortificada, Augusta Praetoria Salassorum, en el cruce de las vías al Gran y Pequeño San Bernardo, junto a la confluencia de los ríos Dora Baltea y Buthier.
En el siglo VI fue disputada entre los francos y los longobardos; finalmente, pasó al dominio del reino de Borgoña.
Las consecuencias son especialmente evidentes en el plano cultural y lingüístico, pues del latín se desarrollaron dialectos francoprovenzales análogos a los hablados en Saboya, el Delfinado, la Suiza francesa o romanda, y, posteriormente, el francés.