Antonio de Heredia y Bazán

Desempeñó el cargo durante once años, de 1737 a 1748.

A continuación sería nombrado Intendente General de Aragón.

Tuvo dos hijos, un varón heredero del patrimonio de los Rocamora y llamado Antonio, y una niña llamada Antonia María.

Desde su nacimiento, el estado de salud del heredero Antonio no era muy bueno, padeciendo varias enfermedades que le causarían una muerte prematura.

Sus restos fueron trasladados a San Sebastián donde recibió sepultura en el convento de religiosas bernardas del Santísimo Sacramento.