Nuevamente fue derrotado por el realista Ildefonso de la Torre cuando se encontraba con Anaya.
Fue severo con la disciplina, ya que es conocido por haber mandado fusilar al Coronel Acosta por dar muerte a un sargento y al Capitán José Hernández, por robo en una población.
2 días después sufrió un nuevo descalabro frente a aquella población, y Aldama tuvo que retirarse, y dejando a Ciriaco del Llano en Apam, se puso de acuerdo con Osorno para apoderarse de Tulancingo.
Aunque no consiguieron su intento, retrocedieron violentamente, y mientras Ciriaco del Llano atacaba la barranca de Zacapoaxtla, Aldama entraba tranquilamente en Calpulalpan.
Entró a la Ciudad de México junto con el Ejército Trigarante y en 1822 murió al poco tiempo.