[4] Estos anticuerpos también están relacionados con infecciones, determinados tipos de neoplasias e incluso se presentan en pacientes sin ninguna patología asociada.
[5] En la artritis reumatoide[6] con esclerosis sistémica (esclerodermia)[7] estos anticuerpos pueden intervenir en dos enfermedades al mismo tiempo.
Haciendo análisis de sangre para diagnosticar esta enfermedad venérea, se encontró que muchos pacientes con lupus eritematoso sistémico también daban positivo en el test VDRL, sin ninguna otra evidencia clínica o serológica de padecer la sífilis.
Los anticuerpos anticardiolipinas (aCL) se pueden detectar por el método RIA (radioinmunoensayo) o ELISA utilizando la cardiolipina (fosfolípido) como antígeno.
[1] Los criterios clínicos para realizar la prueba de la anticardiolipina son episodios trombóticos o trombocitopenia, abortos reiterados, inflamación en las extremidades y dificultades respiratorias.
También es aconsejable en aquellos pacientes que cursan una reacción autoinmune sumadas a la prueba del anticoagulante lúpico.
Al final, parece que la medición semi-cuantitativa es la más adecuada para los entornos clínicos porque es menos susceptible a errores.
[12] Los anticuerpos anticardiolipina IgG e IgM y los aL (anticoagulante lúpico) son los marcadores más utilizados para el diagnóstico del síndrome antifosfolípido.
La presencia de anticardiolipina en las mujeres, puede provocar la pérdida prematura o tardía del embrión durante el embarazo.