Los países fundadores se dividen entre treinta y dos firmantes del Tratado de Versalles en 1919, y los trece países neutrales invitados a unirse a la Sociedad de Naciones ese mismo año, especificados en el anexo I del pacto.
Los estados, colonias o dominios podían unirse siempre y cuando se gobernara libremente, aceptar los términos de la organización y fueran aceptados por dos tercios de la Asamblea[2].
Por su importancia se establecieron asientos permanentes y asientos temporales entre los países integrantes de este consejo según el artículo 4.1 del Pacto de Sociedad de Naciones[3]: Entre los permanentes figuraban las potencias vencedoras de la Gran Guerra (1914-1918): Reino Unido, Francia, Japón, Italia y Estados Unidos, aunque este último país no ocupó su puesto.
Entre los miembros no permanentes, el número inicial de cuatro (Bélgica, España, Grecia y Brasil) fue ampliados a seis en 1922, nueve en 1926, diez en 1933 y finalmente once en 1936.
Del mismo modo, ninguno de los Micro-Estados en Europa de Andorra, Liechtenstein, Mónaco, San Marino y la Ciudad del Vaticano solicitó nunca la membresía en la organización.