Se destacó por sus collages con materiales innovadores, como la arena y la goma arábiga, que aplicaba sobre los lienzos antes de empezar a pintarlos.
Pinta también paisajes, especialmente bosques, naturalezas muertas y figuras agrupadas alrededor de una mesa.
Breton admira la exposición; Masson se vuelca de lleno en las técnicas del automatismo surrealista.
1928, comienza a distanciarse del grupo surrealista de Breton por no sentirse cómodo con la orientación política que el movimiento está siguiendo.
1931, pinta la serie Masacres y al año siguiente conoce a Matisse, con quien pasa algún tiempo en Niza.
En su obra americana hay huellas de la mitología india y el mundo natural; expone habitualmente y representa una de las más grandes influencias para el desarrollo del expresionismo abstracto.