André Caplet

Séptimo hijo de una familia muy modesta, André Caplet nace en un barco en la travesía entre Le Havre y Honfleur.

Sigue cursos de armonía con Xavier Leroux, composición con Charles Lenepveu y acompañamiento con Paul Vidal.

Esta partitura tiene una escritura muy original y atrevida para arpa, tanto que habrá que esperar a Penderecki o a Ligeti para encontrar procedimientos parecidos.

[cita requerida] Sintiéndose agobiado en su retiro dorado en la Villa Médicis, presenta su dimisión, y abandona Italia.

En 1907, André Caplet conoce a Claude Debussy, del que ya conocía muy bien su música ya que había transcrito muchas de sus partituras orquestales para el piano.

Presentará lo esencial del repertorio contemporáneo francés, y les descubrirá la música de Debussy, Ravel, Satie, Milhaud, Louis Aubert, Raoul Laparra...

Es jefe del servicio de palomas mensajeras y, paralelamente, participa activamente en la vida del cuarteto fundado por Lucien Durosoir, un violinista virtuoso, y Maurice Maréchal, su asistente, chelista de quince años.

Caplet dará clases de composición a Durosoir siempre que pueden encontrarse.

Ese mismo año, asiste al estreno francés de Pierrot lunaire, dirigido por Darius Milhaud.

Los horrores de la guerra acentúan su misticismo, que se traduce en un fuerte sentimiento católico y que le llevará a componer obras religiosas de una gran hondura interior, generalmente para la voz humana.

Las Inscriptions champêtres (1914), para voces de mujer a cappella, encuentran su inspiración en los paisajes normandos, como en la Messe à trois voix llamada «des petits de Saint Eustache la Forêt» (1919-20) que toma prestados algunos procedimientos del canto gregoriano.

André Caplet
André Caplet en la mesa de su despacho.