En la mitología griega, Ananké[1] o Anankaia,[2] a veces Ananque[3] (en griego antiguo Ἀνάγκη Ananke o Ἀνάγκαιη Anankaie), era uno de los dioses primordiales, una fuerza divina más bien utilizada en el ámbito filosófico y que personifica la «necesidad, fuerza, compulsión, coacción u orden natural».
En la mitología romana se le llamaba Necessitas, y de ahí su traducción como la Necesidad, como es común en los textos en español.
Apareció espontáneamente al principio de los tiempos y ninguna fuente explícita nos dice quiénes fueron sus progenitores.
[6] El nombre Ananké se deriva del griego antiguo ἀνάγκη que significa ‘fuerza, necesidad y protección’.
Parménides asocia la justicia con la necesidad en cuanto a su aspecto como fuerza rígida e inexorable.
[15] En los textos órficos la Necesidad aparece por primera vez descrita unida al Tiempo (Χρόνος) y se la llama también Adrastea («aquella de la que no se puede huir») y Naturaleza.
En esta versión Ananke no es la pareja sexual del Tiempo ni tampoco engendran descendientes.
Se interpreta que en todo caso Adrastea, Necesidad e Himarmene son diferentes advocaciones de la misma deidad.