Himarmene (Ἑιμαρμενη)[1] es una diosa de la mitología griega personificación del hado o destino en su sentido de sucesión ordenada de las causas y efectos o, en un sentido más general, del destino del universo como todo, en oposición al destino individual de los seres.
Al parecer, su nombre fue un sinónimo de otros términos griegos para el destino, tales como Aesa, Moira, Moros, Ananke, Adrastea y Pepromene.
[2] Los órficos dicen que el demiurgo (Zeus) fue criado por Adrastea, se unió a Ananque y fue padre de Himarmene.
Se postulan diversos posibles orígenes para el nombre Himarmene; se señala podría derivarse del griego antiguo ειρειν (eirein), que significa "atar", implicando el significado de que cada evento y cada persona están atados o sujetos al mismo destino.
El término "Himarmene" (personificado o no) fue ampliamente utilizado en el estoicismo griego, el gnosticismo, y otras sectas religiosas.