Ana de Celje

El matrimonio fue distante, y durante catorce años Ana sólo tuvo una hija, Eduviges Jagellón, que murió sin descendencia.

[2]​ Es muy probable que la niña fuera analfabeta, y no hablaba polaco.

[4]​ La boda fue aplazada, citando la necesidad de que Ana aprendiese el idioma polaco.

Ella vivió en un monasterio mientras Jogaila viajaba por los territorios orientales de su reino.

Durante un congreso en Niepołomice, la nobleza polaca defendió a Ana y las acusaciones fueron descartadas.

No era el heredero varón que deseaban Jogaila y la nobleza polaca, pero igualmente fortaleció la posición de Ana y se volvió un poco más visible en la política.

[11]​ Aun así, Ana no participó en las negociaciones en Buda entre abril y agosto de 1412.

Jogaila, Ana, y Eduviges viajaron hacia Lituania para presentar a la princesa ante la nobleza lituana.

Ana también visitó Samogitia para presenciar su cristianización; más tarde, envió un informe al concilio de Constanza.

A finales de 1415, Jogaila viajó hacia Lituania otra vez pero Ana se quedó en Cracovia, quizás ya enferma.