Anís del Mono

El Anís del Mono contiene en su composición únicamente matalahúva (grana de anís), de la que se saca el aceite esencial que proporciona el bouquet tan característico del producto.

La más recordada fue la llevada a cabo por el comerciante catalán José Bosch Grau quien, al observar que en las tabernas la clientela para pedir anís pedía simplemente “Mono” (apócope de Monóvar), decidió incluir la imagen de un simio en la etiqueta.

El simio en cuestión llevaba en la mano derecha un pergamino con la críptica leyenda “La ciencia lo dijo y yo no miento” en alusión, al parecer, al prodigio de Monóvar (Alicante) España.

Tras negociar los derechos del diseño, en 1902 registró la botella adiamantada con la famosa etiqueta.

En 1897, Vicente Bosch convocó el primer concurso de carteles en España para su marca.

Vicente Bosch fue también el primero en colocar un luminoso publicitario en 1913, en plena Puerta del Sol de Madrid.

Tras pedir al perfumista los derechos del envase, en 1902 lo registraba poniendo la famosa etiqueta con el mono.

Botella de Anís del Mono
Fábrica de Anís del Mono en Badalona ( Barcelona ) España .
Botella de Anís del Mono
Estatua del mono en el paseo marítimo de Badalona ( Barcelona ) España .
Cartel de Anís del Mono por Ramón Casas (1898)