Su núcleo urbano cuenta con población de 36 habitantes (2013).
Desde lejos, parece que el pueblo estuviera dividido en dos: de un lado el casco antiguo situado al norte, de otro las modernas construcciones, donde predomina el blanco.
Las cuevas de vino excavadas en la zona norte visualmente excepcionales aunque deterioradas por la poca conservación.
Perteneció al alfoz o Tierra de Uceda, perteneciente a la Corona, desde el siglo XI al XIII, y a los arzobispos de Toledo.
A mediados del siglo XIX, el lugar, por entonces con ayuntamiento propio, contaba con una población censada de 122 habitantes.