La alfarería en la provincia de Tarragona (España), con precedentes arqueológicos datados con anterioridad a la romanización, cataloga la actividad de los “terrisers” y “cantarers” de la baja Cataluña, en lo que fue la antigua Marca Hispánica, y que mantuvo viva tradición hasta finales del siglo xx.
[8][4] Son otros dos focos antiguos que aun conservan actividad.
En La Galera se sigue modelando la típica “gerra” o cántaros para agua, hermana de las piezas hechas en Traiguera, en Castellón, decoradas con líneas paralelas con óxido de hierro.
[8] Tanto la historiadora Natacha Seseña como otros etnógrafos especialistas datan la década de 1980 como capítulo final en la actividad alfarera en la localidad de Vendrell; como también ocurriera en Benisanet, Ginestar o La Selva del Camp, entre otros.
[9][10] Ya en el siglo xxi, se documenta continuidad o nueva actividad alfarera en Benisanet, La Galera, Miravet, Tarragona capital, Mora de Ebro y Tortosa.