Alfarería de Chililico

[2]​[3]​ Las piezas más conocidas son las ollas de barro rojo, pintadas con color crema, que se decoran con motivos en café oscuro.

Hay árboles maderables, como cedro, caoba y palo de rosa, que sirven para fabricar muebles.

[5]​ Entre los instrumentos de origen prehispánico se encuentra el tamascoyanti, torno rudimentario que sirve para dar forma redonda a las vasijas al girar sobre sí mismo.

[5]​ Durante el proceso de secado, se aprovecha para quitar piedras grandes a la arcilla.

Esta mezcla es pasada a través de un cedazo para separar las partes duras y grandes.

Cuando el barro ha perdido suficiente agua, se recoge del suelo enrollándolo sobre sí mismo.

Posteriormente, con un trapo húmedo a manera de alisador, se frota la superficie del objeto para pulirla.

[5]​ Después de haberlas secado al sol, las piezas pasan a ser decoradas, a esta parte del proceso las alfareras la llaman "embarnizar" y consiste en colocar barros de distintos tonos.

Para ello, se emplea un pincel rústico elaborado con plumas de gallina, que denominan piyo.

[5]​ La principal característica es la decoración, los colorantes empleados son barros de distintos tonos: negro, café, rojo o blanco.

Algunos trastes llevan una mano completa de alguno de estos colores (blanco y rojo principalmente), tanto en el exterior como en el interior, que se aplica con un trapo, y sobre la que se plasman los motivos.

Alfarería de Chililico en exhibición temporal en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México .
Panorama de la Huasteca hidalguense.
Miniaturas de barro en Chililico.
Pinceles rústicos utilizados en la decoración.
Mujer artesana decorando el barro.
Ollas dentro de horno en Chililico.
Xumo de barro, recipiente para contener y transportar líquidos.