Alejandro González González
A temprana edad se inició en el oficio del pulido y tallado de piedras liparitas y/o volcánicas, donde materializaba las labores del día a día de la cultura atacameña, rescatando su patrimonio e identidad.Sus esculturas y figuras tenían usos rituales, funcionales y ornamentales, se caracterizan por representar objetivos y animales propios de la zona, realizando, por ejemplo, una reproducción a escala del Campanario de Toconao.Dedicó parte importante de su vida a la celebración del carnaval en su localidad, en la que junto a su familia recorría las casas del pueblo, tocando cuecas nortinas y coplas.Su comparsa se destacaba como la única que desentierra el carnaval en la cantera del pueblo.Conjuntamente, organizaba la fiesta y abría su casa al pueblo, por la que pasan decenas de personas durante la festividad.