Corbin nació en Lonlay-l'Abbaye (Orne) porque su padre estaba destinado allí como médico.
Previamente había analizado, desde una perspectiva académica la vida cotidiana de los campesinos.
Estudió luego con gran eco, erudición y talento la prostitución en el siglo XIX (Les Filles de noces.
L’odorat et l'imaginaire social, XVIIIe‐XIXe siècles) o auditivas (en Les Cloches de la terre).
El árbol, cuya materia misma es materia de escritura y del lenguaje del libro, como muestra al inicio, nos puede superar por su longevidad, y evoca leyendas e ideas más o menos científicas: está anclado en la tierra, se alza hacia los cielos, y su forma de crecimiento no ha dejado de inquietar desde los antiguos.