Alabanza (religión)

En el contexto religioso, las alabanzas a Dios forman parte integral de la liturgia, por ejemplo en el cristianismo a Jesucristo que sostienen que Dios es un ser supremo digno de alabanza.

Una alabanza puede ser es una expresión interna o externa, la cual puede tomar diversidad de formas, dígase canto, enunciado, baile, pensamiento, etc. Del Vocablo hebreo להלל lehalel «alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear».

Típicamente, tal alabanza se expresa en el santuario, sobre todo durante las grandes fiestas (Is 62.9).

Por esta razón, estos salmos forman una parte importante del culto tradicional de la Pascua.

El término hebreo se traduce más exactamente como Alaben a Yah, la forma abreviada de Yahveh (Jehová).

Este es un vocablo hebreo muy común a todos los períodos y un término muy importante en el lenguaje de la alabanza.

Cierta variación en las traducciones puede percibirse en 1 R 8.33:[6]​ «confesar» (rv, nbe, bla), alabar (bj) su nombre.

Esta acepción se encuentra en la primera vez que el vocablo aparece en la Biblia: «¿Quién como tú Jehová entre los dioses?

¿Quién como tú magnífico en santidad, temible en maravillosas hazañas [hechos loables], hacedor de prodigios?» (Éx 15.11 ).

HilluÆléÆm, que aparece 2 veces, significa jubilación festiva durante la cosecha del cuarto año (Lv 19.24; Jue 9.27).