Así, entre 1225 y 1231 el también judío toledano Yehuda ben Moshe y Guillelmus Anglicus tradujeron su Tratado de la azafea al latín, que fue vertido en los años 1260 al castellano por el mismo judío toledano, llamado en los prólogos de las obras alfonsíes Yehuda Mosca o Mosca el Coheneso.
Por tanto, eran empleadas para poder concretar la situación exacta de un cuerpo celeste en épocas futuras.
Azarquiel, que tenía en su poder datos precisos sobre multitud de fenómenos gracias a la labor de sus ayudantes, pudo emplear las Tablas para predecir los eclipses solares que sucederían años, e incluso siglos, más tarde.De su enorme difusión da idea el que se conozcan hoy más de 128 manuscritos traducidos al latín,conservados en numerosas bibliotecas europeas.
Azarquiel realizó estudios e investigaciones en varios campos de la Astronomía.
Azarquiel pudo determinar con una gran precisión que el punto del apogeo solar variaba en 1 grado cada 299 años, analizando las observaciones que se disponían al respecto durante los últimos 25 años.
En el fondo, es como si la Tierra se comportara como una peonza; su eje, a medida que gira, cambia ligeramente.
[5] Algunos divulgadores científicos se han esforzado en explicar el papel de Azarquiel en la astronomía, como es el caso de Antonio Claret y su libro Azarquiel y otras historias, la Astronomía en Al-Andalus.