Ginesta presenta comunicaciones y censuras a las Juntas Literarias del Real Colegio de San Carlos y pronuncia el discurso inaugural del curso académico en varias ocasiones como el de Arte Obstetricia en 1790.
Su obra más valorada es El conservador de los niños, donde no solo aporta consejos y prescribe los remedios idóneos para cada enfermedad infantil sino que, también, se muestra contrario a los prejuicios que condicionan la crianza física de los hijos.
- Tuvo origen la medicina preventiva: tratamiento del escorbuto y la vacunación.
- Fecundación animal de rana y perro, pues la humana llega más tarde.
- Descubrimiento leucocitos y propiedades del jugo gástrico durante la digestión.
Hay un gran interés por informar sobre la materia sanitaria preventiva, centrando sus obras en el campo materno-infantil.
Así en el último tercio del siglo xviii vamos a encontrar en nuestro país obras con el claro objetivo de reducir la mortalidad maternal e infantil; siendo una idea promovida por la monarquía.
Cabe resaltar que, a medida que se realizan las descripciones desde el exterior hacia el interior, la profundidad del análisis y el conocimiento de Ginesta disminuye progresivamente, debido a la dificultad en la inspección de los órganos internos por las técnicas exploratorias de la época y los saberes fisiológicos del momento.
Dijo el secretario interino Diego Rodríguez del Pino aludiendo a la obra: “lo hemos leído atentamente y lo juzgamos muy digno de la luz pública, así por no contener nada que se oponga a la religión y buenas costumbres, como por constar de máximas utilísimas para la educación, así física como moral, de los infantes.