Agustín Barrere

Durante su gobierno como obispo mantuvo relaciones institucionales con los gobernadores Juan Luis Nougués (1932-1934), Miguel Mario Campero (1935-1939), Miguel Critto (1939-1943), la intervención federal de Alberto Baldrich (1943-1944), y los gobiernos peronistas de Carlos Domínguez (1946-1949) y Pedro Fernando Riera (1949-1952).Con el gobierno de Miguel Mario Campero mantuvo relaciones correctas e institucionales, apoyando la iniciativa del estado provincial para convertirse en el árbitro de los conflictos gremiales entre patrones y trabajadores pero guardó silencio ante otras cuestiones sociales pendientes.No obstante, la Iglesia Católica y los sectores conservadores quedaron a la defensiva, cuando el gobierno de Campero se negó a habilitar el tratamiento de la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas provinciales en el año 1936, proyecto que generó un amplio debate público.[1]​ El arzobispo Barrère fue uno de los pocos prelados argentinos que criticaron, si bien tímidamente, al nazismo.El Obispo Barrére se mostró entusiasta ante la llegada del interventor nacionalista Alberto Baldrich en junio de 1943.
El Obispo de Tucumán, Agustín Barrére ( a la derecha), junto al gobernador de la provincia, Fernando Pedro Riera , y la primera dama Eva Duarte de Perón , durante su visita a San Miguel de Tucumán en 1950.