Afluenza, affluenza, como préstamo del inglés, o afluencia, usado a veces de manera incorrecta, es un neologismo conformado por las palabras afluencia e influenza, usado por los críticos del capitalismo y el consumismo, principalmente por los de habla inglesa, que acuñaron el término por vez primera.
Para ilustrar la extensión de la afluenza en la sociedad con diversos niveles de desigualdad, James entrevistó a gente en varias ciudades, como Sídney, Singapur, Auckland, Moscú, Shanghái, Copenhague y Nueva York.
James afirma que estas sociedades pueden contrarrestar el efecto negativo del consumismo buscando las necesidades reales en vez de los deseos percibidos, y definiéndose a sí mismos como teniendo un valor independiente de sus posesiones materiales.
En este sentido, una vez se maneja el dinero como capital, este conlleva un hambre de riqueza que nunca podrá ser saciado, debido a que es una abstracción que se corresponde con la realidad, y viceversa: una vez surge el ansia de riqueza, se empieza a tener una visión del dinero como capital, como si este fuera una inversión rentable en potencia y no simplemente un medio de cambio, sintiendo culpabilidad en caso de no ser capaz o no esforzarse en medrar la cantidad inicial, pues se percibe como inmoral.
Con lo cual estamos frente a un círculo vicioso, un tipo de amor platónico que nunca podrá ser satisfecho.