Aflatoxicosis es la enfermedad causada por el consumo de sustancias o comida contaminada con aflatoxinas (Dhanasekaran et al, 2011).
La información en humanos es limitada, se han producido intoxicaciones masivas de humanos en varios países del mundo, como India y Kenia, con altas concentraciones de aflatoxinas tanto en orina como en sangre (Eaton et al, 1994)[7] (Maxwell, 1988).
Sin embargo, no se ha podido unificar las diferentes investigaciones y explicar observaciones comunes.
[15] Presentan signos clínicos no específicos, tales como falta de apetito, depresión, fiebre, temblores, ataxia y tos (Larsson, 2003).
Los signos clínicos aparecen dentro de las seis semanas que siguen a la alimentación con ingredientes contaminados.
Por su similitud clínica a la Peste Porcina Clásica (PPC) se requiere el diagnóstico diferencial.
[21] En la necropsia, el hígado de los cerdos que recibieron niveles tóxicos de AFB1 en sus raciones, varían entre el amarillo oscuro y pálido con las vesículas biliares atrofiadas, los hígados contienen un aumento del tejido conectivo fibroso con resistencia a cortes (FDA, 1979).
[23] Las cerdas adultas y los verracos normalmente toleran niveles mayores a 0.5 ppm en sus alimentos, durante cortos períodos de tiempo.
Pero cuando se les alimenta por periodos más amplios, los niveles de contaminación no deben exceder las 0.1 ppm (Blaney y Williams, 1991)[24] La aflatoxicosis canina fue reportada por primera vez en 1952 por Seibold y Bailey quienes describieron una enfermedad del hígado llamada hepatitis “x” que fue observada en perros alimentados con comida contaminada con moho (Rumbeiha, 2001).
[26] Los dos casos más recientes de aflatoxicosis en perros debido a alimentos se presentaron en Estados Unidos en 1998 y 2005, fueron los brotes más extendidos y ocurrieron debido a contaminación con maíz mohoso en marcas comerciales de comida para perros (Stenske et al, 2006).
Los síntomas clínicos más comunes de aflatoxicosis en perros, incluyen ictericia, hematemesis, hematoquecia, hemorragia difusa y ascitis (Chaffee et al, 1969).
Anorexia, depresión e ictericia fueron síntomas observados en cabras y ovejas expuestas a aflatoxinas.
Estos animales tienen ojos amarillos, membranas mucosas o piel amarillenta junto con anormalidades en la coagulación sanguínea; también pueden observarse moretones, sangrado de nariz y hemorragias.
[37] La forma aguda es reconocida como una enfermedad hepatotóxica violenta, clínicamente caracterizada por depresión, anorexia, ictericia y hemorragia.
[44] Las aves de corral están expuestas a las aflatoxinas al consumir alimentos fabricados con materias primas contaminadas (Chang y Hamilton, 1979).
[54] Además, la carcinogénesis de la aflatoxina B1 ha sido bien estudiada en varias especies de peces, como los salmónidos, peces del orden Siluriformes, cuyo nombre común es pez gato o bagre, la tilapia (del género Oreochromis) y el guppy (Lebistes reticulatus)(Halver, 1969)[55] (Sato et al, 1973)[56] (Jantrarotai et al, 1990).
[59] La inmunosupresión en los peces se eleva por el consumo de alimentos contaminados con aflatoxinas, que es muy común en muchos países tropicales (Ottinger y Kaattari, 1998).
[60] Peces conservados en condiciones de inmunosupresión pueden convertirse en altamente susceptibles a la enfermedad (Stoskopf 1993).