Adrian Lombard

[2]​ Estuvo ligado durante casi 30 años a la compañía Rolls-Royce, en la que desempeñó diversos cometidos.

Asistió a la Escuela Avanzada Central John Gulson y luego recibió clases nocturnas en la Universidad Técnica de Coventry.

[1]​ En 1949, Lombard fue ascendido a diseñador jefe en la planta de Derby, y tres años más tarde se convirtió en diseñador aeronáutico jefe de Rolls-Royce.

Nombrado ingeniero jefe de Rolls-Royce en 1954, en esta época participó en la producción del primer motor turborreactor de derivación o turbofán del mundo, el Conway, que se utilizó en el Vickers VC10 y se instaló en el Boeing 707 y en el Douglas DC-8.

[2]​ Pasó a formar parte del consejo de la Royal Aeronautical Society y también estuvo involucrado con la Autoridad Aeronáutica del Reino Unido y con el Consejo de Investigaciones Aeronáuticas.

[4]​ Esta tecnología se utilizó más tarde en la producción del motor Rolls-Royce RB211;[4]​ cuyas aspas se fabricaron originalmente a base de plástico reforzado con fibra de carbono.

Pasado, Presente y Futuro", señalando que el tema fue elegido debido a su "...mucha actualidad tanto por la muy avanzada tecnología requerida para el diseño y fabricación de motores aeronáuticos como por el interés que recientemente se ha centrado en la industria aeronáutica en este país y la polémica sobre su futuro".

Su nieta Fleur se convirtió en la primera mujer bombero en morir en cumplimiento del deber en el Reino Unido.

Un Gloster Meteor , impulsado por un motor Derwent, diseñado por Lombard