Por parte paterna era nieta del duque Pedro de Cantabria y por parte materna eran sus abuelos el rey don Pelayo y su esposa, la reina Gaudiosa.
Tras el asesinato de su hermano permaneció en la corte bajo la protección del rey Aurelio.
Lo eligió como esposo, hecho inusual en la época y, tras la muerte del rey Aurelio, ocurrida en el año 774, su esposo, Silo, pasó a ser rey, convirtiéndose de ese modo Adosinda en reina consorte.
Al morir su esposo en el año 783 sin dejar descendencia, Adosinda intervino en la elección de su sucesor, que pasó a ser su sobrino Alfonso, hijo de su hermano, el rey Fruela I.
No obstante, el rey Mauregato, medio hermano de la reina Adosinda, expulsó del trono a Alfonso II el Casto y se apropió de él, obligando con ello al depuesto rey a refugiarse en Álava.