El nombre guepardo (guépard en francés, ghepardo en italiano y Gepard en alemán) proviene del griego γατόπαρδος gatopardos y del latín medieval gattus pardus, con el significado de «gato leopardo».
[11][13] El calcáneo es largo, lo cual le ayuda a generar más torque sobre la articulación del tobillo.
[11] Los guepardos tienen células de Betz agrandadas en la corteza motora e innervando las fibras musculares, especialmente dendritas más largas y segmentos dendríticos más numerosos, probablemente para ajustar sus fibras musculares de contracción rápida predominantes.
Sin embargo, no es extraño encontrar pequeñas manadas compuestas por hasta cinco o seis guepardos, estas suelen ser las que tienen mayores posibilidades de sobrevivir al colaborar en la caza.
Los guepardos tienen un sistema inmune adaptativo y un sistema inmune innato inducido más pobres que los leopardos pero un mejor sistema inmune innato constitutivo, como es mostrado por los niveles más bajos de inmunoglobulina G y Suero Amiloide A pero unos niveles más altos de Lisozima y una mayor capacidad de matar bacterias.
En el año 2020 se estimó que quedaban menos de siete mil guepardos en libertad.
[27] Las tres especies del linaje Puma pueden haber tenido un ancestro común durante el Mioceno (aproximadamente 8.25 Ma).
[41] Acostumbrado a que los carroñeros de mayor envergadura o fuerza (como la hiena, el león, el leopardo) o incluso el babuino, le roben las piezas que caza, el guepardo se ha habituado a cazar en las horas centrales del día, cuando los otros depredadores duermen.
Otros depredadores, como el león cuando está hambriento, desperdician energías corriendo sin mucho tino detrás de las presas.
[9] El guepardo logra entre ciento cincuenta y trescientas presas anuales, frente a las treinta o cuarenta que consigue el león.
[42] Los guepardos parecen tener una tasa de éxito en la cacería comparativamente mayor que otros depredadores.
[43][44][45][46] Los guepardos pierden el 13–14 % de sus presas cazadas ante depredadores como leones, hienas y leopardos.
[9] A diferencia del resto de los felinos, sus uñas son parcialmente retráctiles, y le sirven para aumentar la tracción.
[24] La velocidad más usual del guepardo durante una cacería se ha estimado en ochenta kilómetros por hora.
Si el terreno le permite acercarse sigilosamente, pondrá en práctica toda su habilidad de felino para atacar desde lo más cerca posible, y aprovechar luego la desbandada para lanzarse sobre la víctima más cercana ignorando al resto.
Las crías suelen pesar unos 300 g. Tan pronto como la noche se lo permite la madre trasladará a los pequeños de lugar, poniéndolos a salvo de otros depredadores como leones, leopardos, hienas y licaones.
Si descubren la camada cuando la madre está cazando, no tendrán ningún problema en incorporar los pequeños a su dieta del día.
Los otros animales, el frío y el hambre hacen estragos entre ellos antes de cumplir los tres meses.
Al cumplir un año y medio, la camada pierde todo contacto con la madre, pero siguen juntos hasta el primer celo.
Los machos, en cambio, permanecerán juntos para cazar en grupo de manera más efectiva y defender mejor su territorio, lo cual hace que formen un fuerte vínculo entre ellos.
Esta intrusión es molesta, pero constituye una alternativa económica a la caza furtiva o al tráfico de animales.
Anteriormente eran cazados —incluso en la actualidad— porque muchos agricultores creen que se comen al ganado.
Los egipcios antiguos los tenían habitualmente como mascotas y también eran entrenados para cazar: se cree que llevaban los guepardos a los campos de caza, vendados, encapuchados y sostenidos con correas, mientras los perros ponían en retirada a su presa.
Cuando la presa estaba lo suficientemente cerca, los guepardos eran probablemente liberados y se les retiraban las vendas.