El absceso pulmonar era una enfermedad devastadora y a menudo mortal en la era preantibiótica, un tercio de los pacientes morían, otro tercio se recuperaba y el resto quedaban con grandes secuelas como caquexia, empiema crónico, bronquiectasias, etc.
Todos estos organismos respondían bien a la penicilina, sin embargo, se han vuelto resistentes por la producción de betalactamasas, especialmente los bacteroides y los estafilococos.
En la mayoría de los casos, el organismo cuenta con suficientes barreras inmunitarias para impedir que estas bacterias desarrollen una infección (de hecho cuando tragamos saliva hay suficientes bacterias para desarrollar una); sin embargo, cuando un individuo se encuentra inmunodeprimido, no puede impedir que estas bacterias desarrollen la infección.
Algunas infecciones por Staphylococcus aureus, Legionella pneumophila y algunos tipos de hongos suelen causar abscesos pulmonares en individuos cuyo sistema inmunitario se encuentra comprometido.
Cuando la causa son Staphyloccocus se utiliza penicilina, en el caso de resistencia a esta Vancomicina.