[3] Su hermano, Mijaíl Gots, fue uno de los fundadores del Partido Social-Revolucionario.
[3][4] Durante la Primera Guerra Mundial, mantuvo una postura internacionalista,[5] que abandonó tras la revolución.
[6] Al estallar la Revolución de Febrero que acabó con la monarquía zarista, Gots se hallaba aún exiliado en Siberia,[3][4] como otros destacados socialistas (María Spiridónova, Catalina Breshko-Breshkóvskaya).
[3][11] Sirvió en la práctica como intermediario entre Kérenski, teórico miembro del partido, y el consejo de Petrogrado.
[19] Una vez que las disensiones internas estallaron tras el golpe de Kornílov la unidad del partido se quebró.
[26] Gots decidió aliarse con Avkséntiev y los más derechistas para mantener el apoyo del partido a la coalición social-burguesa, en peligro por la radicalización entre las filas socialrevolucionarias debida al intento de contrarrevolución de Lavr Kornílov y sus partidarios.
[3] Tras esta su influencia en el partido decayó, a pesar de ser aún elegido en el IV Congreso del partido en diciembre de 1917 para permanecer en el comité central, aunque con un apoyo notablemente menor.
)[1] junto con otros destacados dirigentes del partido, para unirse a Kérenski, que marchaba sobre la capital con algunas tropas cosacas.
[37] Aun así, vigilado, no pudo desempeñar un papel destacado en las deliberaciones.
[3] Se le conmutó la pena a cinco años de prisión, aunque no fue liberado hasta 1927, trabajando desde entonces en varios organismos económicos soviéticos.