[2] Inicialmente estaba cargado con pólvora negra y fue publicitado como un cartucho defensivo ligero para corto alcance.
[1] Para uso defensivo, el .32 S&W está agrupado con otros cartuchos de inicios del siglo XX diseñados para dispararse desde revólveres y pistolas a quemarropa en lugares estrechos, tales como un vagón de tren o un callejón.
La velocidad d 210 m/s del .32 S&W era muy similar a la del .22 Long Rifle disparado desde un arma cuyo cañón tenía una longitud inferior a 76,2 mm, pero con un mayor diámetro y mejor densidad seccional.
Aunque la bala con punta redonda del .32 S&W era menos idónea para autodefensa, su diseño de percusión central ofrecía mejoras significativas en lo que a fiabilidad respecta ante otros cartuchos habituales de la época.
Actualmente, una versión de potencia semejante, el .32 S&W Long, denominada wadcutter,[6] es el cartucho más utilizado en tiro de precisión; concretamente en la modalidad de percusión central, siendo su pequeña carga propulsora suficiente para obtener una gran agrupación en disparos a 25 m. El .32 S&W Long es un derivado del .32 S&W, al cual se le incrementó la longitud del casquillo para contener más pólvora.