Semántica lingüística

Etimológicamente, el término proviene del griego sēmantikós (σημαντικός, "significado relevante"), derivado a su vez de sêma (σῆμα, "signo").

En 1690, una traducción griega del término semiótica, la interpretación de signos y símbolos, encuentra una alusión temprana en Un ensayo sobre el entendimiento humano de John Locke: La tercera rama puede denominarse σημειωτική σηµιωτικὴ en griego.

Según Allen Walker Read, habían sido influenciados por la cultura francesa; además, más tarde, su trabajo influyó en el uso del término por parte de Alfred Korzybski.

[9]​ Varias disciplinas y enfoques han contribuido al campo, a menudo en desacuerdo, de la semántica.

En lingüística, es típico hablar en términos de "interfaces" con respecto a tales interacciones entre módulos o niveles.

[11]​ Sin embargo, la semántica lingüística no se agota en el estudio de los papeles temáticos y su codificación.

Pero los análisis semánticos también se aplican a aquellas expresiones construidas de palabras: las frases y las oraciones.

Tampoco funciona cuando el nombre se refiere a una entidad que no existe, algo imaginario.

De este modo, mientras que "perro" y "chucho" denotan el mismo significado, sus connotaciones son muy diferentes.

Así mismo, los semas constituyen una parte fundamental en cuanto a los constituyentes del significado, siendo en este contexto la unidad básica funcional.