Estas palabras monosémicas y propias de una disciplina científica son denominadas tecnicismos; muchas se han acuñado con raíces léxicas del griego (helenismos), como en hepatitis; del latín (cultismos) y últimamente del inglés (anglicismos), como software; o son acrónimos (láser, radar).
El lenguaje humanístico o de las humanidades es el que emplean las disciplinas que tienen que ver con el hombre (historia, sociología, artes, estética, religión, literatura, filosofía, derecho, política, ética, economía, filología, antropología cultural, ...) y suele emplear términos polisémicos (Dios, justicia, democracia, libertad, belleza, honestidad...) y significados aproximados y no universales, porque no suele aplicar el método científico de manera tan rigurosa.
Estas ciencias aspiran a tener también sus propios tecnicismos monosémicos (por ejemplo, usucapión, en derecho), pero de hecho no siempre se consigue esto.
La ausencia de ambigüedad semántica del lenguaje monosémico lo hace especialmente útil en algunas disciplinas.
La lengua artificial Lojban y su predecesora Loglan representan intentos de crear lenguajes monosémicos.