[1] La velocidad de Íficlo era proverbial, y como es fama se decía que el muchacho «corría por la cresta del fruto de los asfódelos y no los quebraba, sino que sobre las espigas de trigo solía correr con sus pies y no dañaba el fruto».
Melampo, que entendía el lenguaje de los animales, supo que en una ocasión Fílaco, mientras castraba carneros, había dejado el cuchillo aún ensangrentado cerca de Íficlo.
Melampo dijo que si se encontraba, y raspado el orín se le daba a beber a Íficlo durante diez días, conseguiría un hijo.
Habiendo sido sacrificado un buey por Polifonte, una serpiente subió reptando al sacrificio y dio muerte a los sirvientes del rey.
[4] Íficlo, casado con su sobrina Astíoque, hija de Áctor, engendró a Protesilao y Podarces.