Ángela Ramos
Fue alumna aplicada en todas las materias, con la lectura amplió sus horizontes, alimentado su imaginación y agudizando su observación y curiosidad empezó a disfrutar no solo de leer sino también de escribir ya que desarrolló gusto y habilidad para la poesía, pronto también dominó el inglés (cuyo estudio alternaba con sus clases de piano).Al término de sus estudios trabajó por cuatro años como secretaria en la Pacific Steamship Navigation Company,[5] misma empresa que despidió a su padre con una mísera indemnización para evitar pagarle el derecho de jubilación y donde Ángela trabajaba hasta los domingos en la mañana.Fue ahí donde tendría sus primeras experiencias sensibilizantes en el campo de la lucha laboral.Revelando un lado de su personalidad que ya nunca abandonaría: una actitud rebelde, la misma que la haría expresarse de una forma única para la época y ser conocida como la primera reportera del Perú.[6] Consulto con la escritora y feminista Zoila Aurora Cáceres, quien le mostró su apoyo y la alentó a seguir escribiendo, también la conectó con Oscar Miró Quesada quien público su carta en el diario El Comercio.Había que denunciar este hecho y así lo hizo Ángela Ramos, visitando por años las cárceles de Lima, inclusive “El Frontón”, denunciando el trato inhumano que se le daba a los reclusos y reclamando para ellos las condiciones mínimas para vivir con dignidad.Por extrañas coincidencias esta ley fue anulada en 1986 poco antes de que Ángela Ramos cumpliera 90 años.