Ángel Borlenghi

Ese éxito lo colocó como uno de los dirigentes sindicales más importantes del país, junto con José Domenech y Francisco Pérez Leirós.

La alianza entre Perón y Borlenghi permitió simultáneamente ir sancionando históricas conquistas del movimiento obrero argentino (convenios colectivos, Estatuto del peón de campo, jubilaciones, etc.), aumentar el apoyo popular a la CGT y a Perón, e ir ocupando espacios de influencia en el gobierno.

[1]​ El organismo más cuestionado fue la Sección Especial de la Policía Federal, continuación de la que había creado en 1934 Agustín P. Justo, que funcionaba en la calle General Urquiza al lado de la comisaría 8.ª y a ella pertenecían oficiales cuyos nombres serían asociados luego a las torturas que allí se practicaban: Cipriano Lombilla, José Faustino Amoresano, Guillermo Solveyra Casares y los hermanos Juan Carlos Emilio y Luis Amadeo Cardoso.

"Enterarse que un detenido había sido llevado a la Sección Especial era tener la seguridad de que sería picaneado o, por lo menos, maltratado, aunque había otros locales policiales en la Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires con parecida fama, y se sabía que en casi todas las brigadas y delegaciones de la Policía Federal menudeaban esas prácticas, tanto con los detenidos políticos como con los comunes"[2]​[3]​ Entre los casos más conocidos se encuentran los del dirigente laborista Cipriano Reyes, las empleadas telefónicas que no estaban de acuerdo con la conducción oficial del sindicato, el estudiante Ernesto Mario Bravo secuestrado por la policía que casi muere en la tortura mientras estaba desaparecido y cuyo caso fue denunciado por el médico que lo atendió, primero en la Sección Especial y luego en una quinta adonde lo trasladaron.

Al día siguiente se repitieron los disturbios en la zona céntrica y en las cercanías de la Catedral, registrándose muchas detenciones.

[5]​ Ya depuesto el gobierno el propio contraalmirante Alberto Teisaire -vicepresidente al tiempo del hecho- afirmó que la acción se había ejecutado no sólo con la autorización de Perón sino bajo su inspiración.

Después, la España franquista le negó el ingreso por su militancia a favor de la república en la Guerra Civil, y más tarde murió en Roma.

Ángel Borlenghi.
San Miguel de Tucumán, 9 de julio de 1947, el Ministro del Interior, Ángel Borlenghi lee la declaración de la independencia económica.
En discurso durante la asunción de José María Freire .