Como agente quelante, el ácido dimercaptosuccínico no solo es eficaz en la terapia contra el envenenamiento por mercurio, sino también se emplea para el tratamiento de intoxicación por arsénico y plomo.
Al igual que con el dimercaprol, el uso del medicamento se contraindica en el envenenamiento por cadmio porque puede precipitar nefrotoxicidad.
A las personas que puedan presentar hipersensibilidad al fármaco se le deberá retirar el medicamento.
Dentro de los efectos adversos se han observado estupor, náuseas, vómito e hipertensión sobre todo a dosis excesivas.
Hoy día es el procedimiento más sensible para establecer el diagnóstico de pielonefritis aguda.