[1] Se lo considera un viento propio de la península ibérica, sobre todo en la Meseta y Andalucía.
El ábrego proviene del Atlántico, de la zona entre las islas Canarias y las Azores.
El origen de la palabra ábrego está en la palabra latina africus, que era el nombre con el que antiguamente identificaban al citado viento, procedente del sur, de África; si bien pudiera guardar relación también con la voz apricus (abrigo); y es que durante los temporales del suroeste, las lluvias impiden las labores del campo, por lo que a los campesinos no les queda más remedio que “estar al abrigo”, ponerse a resguardo o a cubierto.
En la vertiente atlántica peninsular es donde se acumulan las mayores cantidades, especialmente en las laderas montañosas enfrentadas a los citados vientos.
Si sopla demasiado caliente se refieren a él como “abriguna”, mientras que una abrilada sería el período de varios días bajo ese régimen de vientos.