Prostitución masculina

En diferentes culturas e idiomas, este fruto social tiene diferentes nombres populares, como el gigoló (si el hombre busca solo clientes femeninos) y chapero o taxiboy (si busca clientes de su mismo sexo), entre otros.

Debido a que el tema ha sido un tabú en el mundo hispanohablante, muchos de los términos para referirse a los hombres que ejercen este oficio en diferentes países iberoamericanos han sido tomados de otros idiomas, por ejemplo, «gigoló» del italiano y «taxiboy» del inglés.

En las grandes ciudades dichos lugares son identificados por los clientes potenciales, quienes reconocen en las maneras de vestir y las actitudes al «taxiboy».

Con el crecimiento urbano y el avance de las comunidades homosexuales durante el siglo XIX, la prostitución masculina comenzó a ser más aparente y esta incluía los baños públicos, los burdeles (por ejemplo, el Paresis Hall, en el distrito Bowery, de Nueva York) y los bares de prostitución masculina, en donde se solicitaban servicios sexuales a los hombres que vendían licor, quienes recibían por ello comisiones.

En China, mujeres casadas buscan «patos», es decir, jóvenes prostitutos para tener relaciones sexuales.

En Hispanoamérica, el tema ha sido menos estudiado y está oculto, pero también se presenta.

En Cuba, los jóvenes buscan turistas y son conocidos como «jineteros», mientras que en los otros países del Mar Caribe, los prostitutos buscan clientes en las playas y en ciudades conocidas como destinos sexuales (por ejemplo, Sosúa, República Dominicana).

Muchos varones ejercen la prostitución por necesidad, pero en cuanto adquieren un empleo estable, la abandonan naturalmente, aunque no en todos los casos.

Otros de clases pudientes, especialmente adolescentes, la ejercen por obtener dinero alternativo, pero en edad más adulta la abandonan, aunque no en todos los casos.

Un «gogoboy» es un prostituto que atrae clientes en espectáculos de danzas eróticas y estriptis.

Los prostitutos se asocian a dichas agencias pagando una cuota mensual para que sean enlistados con fotografías, textos descriptivos, precios e información de contacto.

Los clientes contactan directamente al prostituto, quien conserva toda la ganancia y paga la cuota estipulada.

[11]​ Es usual que un prostituto se asocie a varias agencias para garantizar un tiempo completo de trabajo y mayores rentas.

[cita requerida] Numerosos prostitutos anuncian de manera individual sus servicios en canales de conversación que permitan esto o que hayan sido creados para ello, en grupos, foros y otros programas.

La creación de páginas webs personales no es tan habitual, pues se pierden los contactos que las agencias suelen tener, y sobre todo el posicionamiento web, que es muy importante para conseguir tráfico y potenciales clientes a través del posicionamiento online, fundamental hoy en día en el mundo de internet[12]​.

Los «taxiboys» son aquellos prostitutos que esperan sus clientes en calles, parques, bares o clubes.

Calles y parques, sin embargo, resultan difíciles para ambas partes, porque los vecinos del lugar, al considerar dicha actividad como un problema de orden público y moral, llaman a la policía.

Sin embargo, dichos riesgos pueden ser relativizados por el tipo de lugar en que se encuentran.

Otros países con menos recurrencia, pero creciente turismo sexual femenino son Nepal, Marruecos, Fiyi, Ecuador y Costa Rica.

Alemanas prefieren República Dominicana, Grecia y Marruecos, japonesas van a Bali en Indonesia.

Además están bien determinados por elementos como la edad, la belleza física, la posición sexual, la raza, la personalidad, la experiencia en la cama, el tiempo en el cual el prostituto estará con el/la cliente, la habilidad para mantener una erección, el encanto, el deseo de practicar actos de fetichismo, la fama y la reputación.

Por otro lado, los precios pueden variar notablemente entre un país industrializado y uno en vías de desarrollo.

En algunos países del mundo, por ejemplo en Australia, los burdeles de prostitución, sean masculinos o femeninos, son legales, con excepción del Estado de Tasmania, mientras que la prostitución en las calles está prohibida.

En otros países como Estados Unidos, los burdeles son técnicamente ilegales (excepto en Nevada), pero la mayoría de las ciudades no ponen en práctica la prohibición de la ley evitando así que los trabajadores sexuales sean arrestados por su actividad desde que no se involucren en evidente prostitución callejera.

El aislamiento y el sufrimiento de no poder compartir sus experiencias como prostituto crean problemas afectivos.

El grupo argentino Virus en su canción Sin disfraz hace referencia a un taxi boy.

Un hombre solicita sexo de un joven por unas monedas, según esta figura griega del siglo V a. C. exhibida en el Museo Metropolitano de Nueva York .
Muchos modelos de webcam únicamente exhiben su cuerpo según los deseos de los clientes sin llegar a tener contacto físico con éstos.