Es el más abundante junto con el tetrahidrocannabinol —THC—, y representa hasta el 40 % del extracto de la planta.
Varios grupos de investigación han logrado sintetizar y aislar al cannabidiol.
[6][7][8] La investigación clínica sobre el CBD incluye estudios relacionados con la ansiedad, la cognición, los trastornos del movimiento y el dolor, pero de momento no hay suficiente evidencia de alta calidad para sostener que el cannabidiol sea efectivo para estas afecciones,[9] y hay incertidumbres relacionadas con la dosificación y regulación de los productos que lo contienen.
[10] Pese a ello, el CBD es promocionado con afirmaciones no siempre sustentadas en evidencias sobre beneficios terapéuticos particulares.
[18] Actúa también sobre el receptor no-cannabinoide 5-HT1A, lo que se relaciona con sus efectos similares a los de un ansiolítico.
[27] El CYP3A4 facilita la descarbonilación del CBD para liberar monóxido de carbono, un gasotransmisor bioactivo y candidato farmacéutico.