Era suficientemente ligera para ser usada en batalla y apenas dificultaba la movilidad del portador.Cuando no se llevaba puesta, podía guardarse enrollada y así transportarla de forma más cómoda.Por eso, al vestir una prenda acolchada debajo (por ejemplo, un gambesón) se multiplica su efectividad.Los infantes no siempre podían costearse camisotes, así que algunos portaban almófares y los un poco más adinerados, cotas de malla.No se conoce la proporción de uso entre hamata y segmentata entre los legionarios durante el siglo I, pero es posible que la primera fuera más popular por su menor coste.Las cotas de malla acabadas en zig-zag que se pueden ver en la Columna de Trajano, podrían ser invención del artista, dado que no se ha encontrado ningún ejemplar con ese aspecto.Para la caballería auxiliar y algunos oficiales, tenía una forma circular, pareciendo más una capa corta unida por delante con un pasador.