La lorica segmentata se componía de varias bandas metálicas (generalmente de hierro) que se disponían sobre el cuerpo del soldado en posición horizontal, rodeando su pecho y espalda.
Además, constaba de otras bandas metálicas en posición vertical que se situaban sobre los hombros y protegían estos.
Los brazos estaban desprotegidos, aunque esto no era de gran importancia, dado que, en formación compacta, el scutum se portaba en el izquierdo y el gladius desenvainado en el derecho, pegado a la cadera, quedando así ambos protegidos.
Debido a su particular estructura, la construcción de la lorica segmentata era la que requería una mayor experiencia del herrero y por tanto costaba más dinero.
A esto se debió el hecho de que entre los siglos II y III, debido a las constantes crisis económicas, este tipo de armadura desapareciese y las tropas romanas pasasen a portar únicamente cota de malla o dejasen de llevar protección, lo que causó a su vez una mayor vulnerabilidad del ejército en un periodo durante el cual se sucedía una invasión bárbara tras otra.