Transitoriedad
En la filosofía occidental es más conocido por su primera aparición en la filosofía griega en los escritos de Heráclito y en su doctrina de panta rei (Πάντα ῥεῖ; "Τodo fluye" en griego clásico).La doctrina afirma que toda la existencia condicionada, sin excepción, es "transitoria, evanescente, inconstante".Todas las cosas temporales, ya sean materiales o mentales, son objetos compuestos en un continuo cambio de condición, sujetos a la decadencia y la destrucción.[10][11][12] Anicca está íntimamente asociada con la doctrina de anatta, según la cual las cosas no tienen esencia, ser permanente o alma inmutable.Comprender Anicca y Anatta son pasos en el progreso espiritual del budista hacia la iluminación.[13][14][15][16] Todo, ya sea físico o mental, es una formación (Saṅkhāra), tiene un origen dependiente y es impermanente.Afirma que todo en el mundo es impermanente, pero la naturaleza impermanente de las cosas es una oportunidad para obtener lo que es permanente (nitya), tal y como la escritura hindú presenta su doctrina sobre el Atman (alma).[19][20][21] El budismo y el hinduismo comparten la doctrina de Anicca o Anitya, es decir, "nada dura, todo está en constante estado de cambio"; sin embargo, discrepan en la doctrina Anatta, es decir, si el alma existe o no.Pirrón declaró que todo era astathmēta (inestable) y anepikrita (no fijo).Las Meditaciones de Marco Aurelio contienen muchos comentarios sobre la impermanencia, como por ejemplo: "Tened en cuenta que todo lo que existe está ya deshilachado en los bordes, y en transición, sujeto a la fragmentación y a la putrefacción".