Víctor Benítez

Se desempeñaba inicialmente en la posición de defensa lateral y luego destacó como volante central.

En Italia se hizo de una fuerte reputación, en su etapa exitosa por el calcio fue considerado en su momento por la prensa italiana el mejor jugador del mundo en su puesto, la AS Roma lo adquirió en 1964 mostrando muy regulares performances, luego pasó por Venezia (donde fue capitán), volvió a otro gigante como Inter de Milán y también tuvo un segundo paso por la AS Roma, cuando ganó la Copa Italia.

[3]​ Regresó al Perú para jugar por Sporting Cristal a inicios de los años 70 y allí cerró una carrera siempre prolija.

La prensa argentina también quedó deslumbrada anotando que Benítez «es saltarín, su fuerte radica en el juego alto, pero no le falta entereza para las acciones rasantes dentro del área».

El debut del peruano se dio tres días después ante Independiente en cancha de Huracán con sesenta mil espectadores en las tribunas.

Tal vez por eso los rossoneri lo llamaron Il peruviano di fuoco, es decir, el peruano de fuego.

Fue figura del AC Milan que derrotó 2-1 al favorito Benfica y puso fin a la hegemonía ibérica en el fútbol europeo.

Aquel año el AC Milan terminó tercero en la Liga de Italia y Benítez anotó un gol en la campaña.

En Italia se hizo de una fuerte reputación, en su etapa exitosa por el calcio fue considerado por la prensa italiana el mejor jugador del mundo en su puesto, en 1965 la AS Roma lo ficha logrando buenas actuaciones, luego pasó por Venezia Football Club donde llegó a ser capitán.

[3]​ La alta estima que se le tenía al «Conejo» Benítez en Perú se mantuvo intacta aún pese a su ausencia, pues luego de brillar en el Sudamericano de 1959 en Buenos Aires, partió hacia Argentina contratado por Boca Juniors.

El primer partido lo disputó ante Alianza Lima, club que para ese encuentro se vio obligado a reincorporar como entrenador al brasileño Jaime de Almeyda tras la renuncia del griego Dan Georgiadis.

Así fue que apenas en el minuto 5 se abrió el marcador por medio de Sívori, quien cogió un pase del brasileño José Altafini —campeón del mundo con Brasil en 1958— para vencer a Rodolfo Bazán que había quedado descolocado tras un remate previo.

Al llegar al complemento, Alianza intentó reaccionar en el campo, pero el envión anímico solo le duró quince minutos, ya que ni Víctor Zegarra ni Teófilo Cubillas o Pedro «Perico» León —jugadores peruanos destacados de los años 70— atinaron a juntar su juego en ataque.

Finalmente, regresó a Perú para jugar por Sporting Cristal en 1971, allí cerró una carrera siempre prolija como campeón nacional en 1972.

[7]​ Lo increíble es que en Perú realmente no es una celebridad: una época más limitada en medios de comunicación le brindó una menor popularidad.

En abril del 2016, el club rossonero realizó un homenaje a las estrellas que conquistaron la primera orejona de Champions League en su historia.

En ese equipo estuvo Benítez, quien tomó el vuelo hasta Milán y formó parte de este acto.

El Conejo, como le decían en su época de futbolista, fue reconocido en cada esquina y en cada restaurante que visitó.

Al llegar a Casa Milán (sede del club) fue recibido por el vicepresidente Adriano Galliani y por el histórico jugador Franco Baresi, quien detuvo una entrevista para saludar al peruano y elogiándolo por ser pieza clave en la primera orejona de Champions League del Milan.

El momento más esperado, fue cuando Benítez llegó al Estadio San Siro y se presentó ante 80 mil espectadores.

Benítez en 1961
Final de la Champions League 1962-1963