Se pueden encontrar en muchas partes de Europa, Asia y en menor medida en África.
En el pasado esta familia era un taxón cajón de sastre que contenía más de 400 especies en 70 géneros, ya que estaba pobremente definida con características comunes a otras familias.
Hasta que los avances en la genética permitieron reestructurar el grupo, sacando de él especies que se repartieron por otras familias, y se crearon por su escisión nuevas familias como Acrocephalidae, Locustellidae, Cettiidae, Phylloscopidae y Cisticolidae.
Además se incorporaron algunos géneros que hasta entonces habían estado clasificados en otras familias tras demostrarse su proximidad genética con el grupo.
Actualmente la familia quedó conformada con las currucas, género Sylvia, los picoloros de Asia (anteriormente separados en la familia Paradoxornithidae), varias especies de pájaros anteriormente incluidas en Timaliidae, y el camea, un raro pájaro norteamericano que durante mucho tiempo había sido un enigma taxonómico.