Estanislao II Poniatowski

Pertenecía a una de las más nobles, ricas y destacadas familias polacas.

Gracias a sus influencias le enviaron en misión diplomática a San Petersburgo en 1755 en el séquito del embajador británico sir Charles Hanbury Williams, donde se hizo amante de la princesa rusa Catalina Alekséievna, la esposa del príncipe Pedro de Holstein-Gottorp, quien sería la futura emperatriz Catalina la Grande.

Más aún, la influencia política del Imperio Ruso en los asuntos internos polacos continuó aumentando, mientras que el propio Estanislao II rehusaba tomar acciones decisivas para limitar el poder casi omnímodo de la aristocracia, opuesta a toda reforma gubernamental, y cuyos principales magnates eran aliados informales de Rusia gracias a chantajes y sobornos.

El exmonarca se exilió pronto en San Petersburgo, donde pasó el resto de su vida ocupado en una variada correspondencia con otros aristócratas europeos y escribiendo sus memorias hasta su muerte en 1798.

La predicción se cumplió muchos años después, y por fortuna existen registros de la existencia de un médico siciliano Dr. Antonio Formica, quien vivió por esos años en Polonia, muy vinculado a la aristocracia polaca.

Curiosamente se dice que podría tratarse de la misma persona.

Retrato de Estanislao II, obra de Marie-Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun .