[2] Durante la I República combatió contra los carlistas en Navarra y contra los movimientos cantonales en Andalucía, siendo designado capitán general de Castilla la Nueva durante la presidencia del republicano unitario Emilio Castelar, un presidente con quien mantuvo una buena relación, dado que ambos compartían la idea de que España debía solucionar sus problemas con «orden, unidad y disciplina», si bien el mandatario consideraba que toda acción debía llevarse a cabo dentro de la legalidad y Pavía era conocido por su proclividad a dar un golpe militar si la legalidad no bastaba para llegar a ese fin.
[3] Los diputados no obedecieron la orden y permanecieron en sus asientos, aunque terminaron haciéndolo cuando una dotación de la Guardia Civil se presentó en el hemiciclo y los desalojó, disolviendo las Cortes y dando fin al régimen parlamentario republicano.
El acto de Pavía ante las Cortes fue juzgado muy duramente por los partidarios del sistema parlamentario.
Jovellar se sumó a los preparativos del pronunciamiento de Sagunto, encabezado por el general Arsenio Martínez Campos para restablecer en el trono a la Casa de Borbón.
[4] Tras disolver las Cortes republicanas, Pavía comunicó lo sucedido a las autoridades civiles y militares, y a los representantes de España en el extranjero, anunciando que el poder pasaría a los jefes de todos los partidos políticos, con excepción de carlistas y federales.
Fue destituido en septiembre por haber contestado con dureza a algunos telegramas del ministro, y pasó nuevamente a situación "de cuartel", situación en la que se encontraba al proclamarse Alfonso XII.