Luigi Canina

Interrumpió sus estudios para hacer su servicio militar en el ejército de Napoleón Bonaparte en los años 1812-1814, y los completó en 1814.

El arqueólogo italiano, topógrafo y profesor Antonio Nibby, con quien Luigi Canina estaba en contacto directo, fue el responsable de esta nueva edición.

En 1822, presentó a la Accademia di San Luca un trabajo titulado Anfiteatro Flavio, descritto, misurato e restaurato sobre el Coliseo que fue muy bien recibido y al que añadió 15 dibujos con resultados de estudios y reconstrucciones .

Al mismo tiempo, esta obra muestra un primer giro hacia las cuestiones arqueológicas y la historia arquitectónica antigua.

En la década de 1830, con menos encargos –Camillo Borghese había fallecido en 1832–, se sucedieron obras de menor envergadura para los Borghese, lo que hizo que Luigi Canina se decantara por temas arqueológicos y académicos.

En particular, el Crystal Palace del arquitecto Joseph Paxton dejó una impresión duradera en Canina, e intentó integrar el edificio en su concepción de la teoría arquitectónica.

El duque encargó inmediatamente a Canina que rediseñara los interiores del castillo y, tras acordar los diseños en 1856, los completó en compañía de su alumno Giovanni Montiroli (1817-1888) y ayudado por el pintor Alessandro Mantovani (1814-1892).

La obra y las reflexiones de Canina como arquitecto siempre estuvieron relacionadas con la arquitectura religiosa, incluida la contemporánea.

Sin embargo, siguió teniendo mecenas en los círculos académicos, como Antonio Nibby y el marqués Luigi Marini (1778-1838), que puso su biblioteca a disposición de Canina.

También inició amplias excavaciones en la Via Appia entre la Tumba de Caecilia Metella y la Bovillae, que llevó a cabo hasta 1853.

En 1855 fue nombrado director de los Museos Capitolinos, sucediendo al marqués Giuseppe Melchiorri (1796-1855).

Viaje hacia la Villa Borghese
Propylaea of the Villa Borghese
Mosaico de gladiadores en la Galería Borghese, Roma