[2] En 1778 compró el antiguo palacete Lubert, situado en la rue de Cléry, en París.Como dijo su esposa en sus Souvenirs: «Estaba tan despreocupado por el dinero que apenas sabía su valor».En el contexto de los primeros años de la Revolución francesa, que vieron el colapso del mercado del arte, se vio obligado a vender su colección en 1791.Las compras totales ascendían a 30 000 libras en un momento en que la República Francesa atraviesa una crisis presupuestaria.Para evitar que esta situación se repitiese, el Louvre estableció un presupuesto anual de adquisiciones.Al igual que su cuñado Étienne, Lebrun fue encarcelado durante unos meses.[4] Se convirtió en imprescindible para la gestión del museo del Louvre y continuó trabajando en los inventarios de los emigrados, clasificando entre lo que debía quedar en las colecciones nacionales y lo que debía venderse en beneficio de la nación.